Analicemos. La frase "Pablo te amo con locura, Lauri", es un mensaje y como tal tiene un emisor que en este caso es Lauri, y un receptor, Pablo. Hasta acá todo bárbaro; siempre y cuando tal frase sea entregada a Pablo en un papel, Lauri se la haya dejado escrita en la última hoja de su carpeta de Ciencias Sociales, en su muro de Facebook, o en un mensaje de texto enviado a su número de celular. En definitiva, el mensaje cumple su función como tal si llega al receptor.
He aquí la fundamental importancia del medio.
Si Lauri escribió esa frase en el baño de la puerta de la terminal de ómnibus de la ciudad que visitó el último verano es absurdo pensar que Pablo se entere de que lo ama. Una picardía.
Si ella se lo ha dicho, pero además se le ocurrió dejarla escrita en las puertas de todos los baños públicos a los que vaya a hacer pis, Lauri es imbécil.
La siguiente fotografía fue tomada en uno de los baños de mujeres de la terminal de ómnibus de Gualeguaychú:
Yo digo, si Gustavo es un hijo de puta, sería bueno que esta chica se lo hiciera saber. Quizás Gustavo elija cambiar, o no, pero al menos ella se sacaría la bronca de adentro, y como si eso fuera poco esta puerta sería más linda.
¿Qué ocurre entonces, mujeres? ¿Fallamos en la manera de comunicarnos, elegimos los medios equivocados, o simplemente somos imbéciles?
Ojo que pueden ser catarsis y nada más.
ResponderEliminarPues que inventen un modo más productivo de hacer catarsis.
ResponderEliminarEscribir poemas
Componer canciones
Llenar un diario íntimo
Pintar
etc.