15/2/14

el cornetero


Ayer se realizó la noche inaugural de los corsos populares, una fiesta carnestolenda auténtica que late intensa y vigorosa todos los febreros. Irregular y asimétrico desfile de carcajadas, algarabía y sudor de barrio. Hay serpentina, agua-nieve, choripanes a la venta en las cantinas, colores, papel picado; y colombinas de toda la periferia.
Desde dónde yo estaba, que no era ahí, imaginé a Julián [ojos color del barro] mirando hacia arriba. El cielo ya a oscuras, cubierto por las bocas abiertas de las cornetas. El nerviosismo del coordinador, que él no llegaba a comprender del todo pero le alcanzaba para saber que aquello era algo importante, y que al final, como en el fútbol, se podía perder o se podía ganar. A un costado resguardando sus pasos estaría su mamá, orgullosa, enamorada. Pensé que Julián estaría hermoso con su traje de friselina sosteniendo su propia corneta, igual que la de los demás, con los mismos motivos pintados con esmalte brilloso sobre la hojalata, pero acorde a su tamaño de hombrecito de cinco años. 
Sabía lo que tenía que hacer porque lo había ensayado varias veces allá en la casa de la mamá de Sebastián, en calle Jujuy pasando Seguí. Además, el día anterior cuando fueron a una radio, tras escucharlo tocar, la periodista que le preguntaba un montón de cosas lo felicitó y al final todos lo aplaudieron.





3/2/14

Lluvia, un poema de Juan Gelman

hoy llueve mucho, mucho, 
y pareciera que están lavando el mundo 
mi vecino de al lado mira la lluvia 
y piensa escribir una carta de amor/ 
una carta a la mujer que vive con él 
y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él 
y se parece a su sombra/ 
mi vecino nunca le dice palabras de amor a la 
mujer/ 
entra a la casa por la ventana y no por la puerta/ 
por una puerta se entra a muchos sitios/ 
al trabajo, al cuartel, a la cárcel, 
a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/ 
ni a una mujer/ni al alma/ 
es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/ 
como hoy/que llueve mucho/ 
y me cuesta escribir la palabra amor/ 
porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/ 
y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran/ 
y cuándo/y cómo/ 
pero el alma qué puede explicar/ 
por eso mi vecino tiene tormentas en la boca/ 
palabras que naufragan/ 
palabras que no saben que hay sol porque nacen y 
mueren la misma noche en que amó/ 
y dejan cartas en el pensamiento que él nunca 
escribirá/ 
como el silencio que hay entre dos rosas/ 
o como yo/que escribo palabras para volver 
a mi vecino que mira la lluvia/ 
a la lluvia/ 
a mi corazón desterrado/