30/12/11

balance bloggero

Comencé el 2011 indignándome con incongruencias que se me hacen inadmisibles y riéndome de la gente que no admite su responsabilidad ante el exceso de peso que refleja la balanza.
En febrero titulé lo imposible; y como ya había avisado que en abril me casaba, en el trabajo fueron preparándome para la boda.
En marzo Gualeguaychú vivió las últimas noches de carnaval, las del carnaval grande, famoso y opulento y las del otro, el carnaval de siempre.
Abril fue maravilloso, tomé la decisión más importante y hermosamente suspensiva de mi vida, y como si eso no alcanzara salimos a la deriva sin reservas ni mapas marcados a darnos muchos besos.
Mayo fue el último mes que tuvimos albahaca, y alcanzó para todos. Después llegó el invierno y se heló.
En junio cayeron dos cosas que tiempo atrás no hubiéramos imaginado ver caer: ceniza volcánica en el litoral y River Plate a la B.
En julio volví al Palmar, llegué a sentarme muy cerca de un carpincho y eso bastó para volver a enamorarme de mi provincia.
En agosto la revolución vino del lado laboral; de golpe y porrazo me encontré conduciendo el programa periodístico de la tarde: Más tarde que nunca, con todo el cagazo de toda primera vez.

En esta parte del mundo septiembre trae consigo la primavera, y supongo que habrá sido ese renacer de las cosas vivas que agudizó mis sentidos aquel jueves.
Y la vida siguió despabilándose en octubre, sobre todo el decimoprimer día de ese mes cuando llegó Yamandú.
Noviembre trajo la lluvia, y cuando paró. ¿Paró?. Hubo cosas que no volvieron a ser iguales que antes. Ese mes sonaron acordeones en el cielo y algo en mí también cambió. Será por eso, no se, que volví a hacer cosas que ya no hacía.
Todo, aunque aveces parezca al revés, tiene que ver con la vida.
Diciembre tiene que ver con la mía. Cumplí 27 en el 2011 y eso ya me sonó a casi 30.


Nadie miente cuando dicen "el año pasó volando", queriendo decir en realidad que pasó (volando) rápido. Esa es la sensación que nos da llegar a los últimos días del almanaque. Mejor así, quiere decir que no nos hemos gastado los días sentados bajo un higuera viendo la vida pasar, sino que hemos hecho cosas. Los anuarios y balances sirven para eso, creo yo. Recordar qué hicimos, pensar qué dejamos para el año que viene, caer en la cuenta de que hay cosas impensadas que finalmente pasan y sin embargo acá seguimos... en pie.

Chin chin por este 2011 y que el 2012 nos suspenda un rato cada día.



26/12/11

El ángel de Sábat

"El ángel de Sabat", así tituló la tía Marga lo que escribió a poquitos días del fallecimiento de mi viejo, y así tituló el correo electrónico en el que me lo mostró.
Empecé a leerlo sin saber de qué se trataba. Marga suele enviar textos deliciosos, suyos o de otros y siempre vale la pena frenar y saborearlos.
Ese que llegó el 15 de noviembre resultó ser suyo, resultó ser bello, espontaneo y puro. Luego de leerlo dos o tres veces y con mis cachetes empapados pensé en pintar ese ángel, no como Sabat, sino como yo podría hacerlo, pero sin embargo no he podido/querido/intentado/sabido...
Y ante la ausencia de valor para el pincel rescaté una foto que le saqué hace poco más de un año en el campo, el lugar donde más era él; y con esa me quedo para hacerle compañía a las palabras que le puso Marga a su recuerdo:




Sentada en la incómoda butaca del ómnibus que la lleva desde La Plata a Retiro, cuando el sueño va ganándole la partida a sus tercos párpados, un golpe de lucidez potente como un rayo, sacude su letargo y le trae desde los meandros de su caprichosa memoria, la presencia casi tangible de ese hombre grandote y buenazo, de mirada profundamente clara y mansa. Escucha, cree escuchar: "Qué suerte que llegaste, negra, sabía que vendrías a tomar unos amargos". Apenas eso decía -recuerda- mientras cebaba despaciosamente sus mates, como parte de un ritual ineludible y compartido, matizado con su charla pausada y parca.
  Piensa, ella piensa que esos ojos claros de mirar hondo y sin dobleces se cerraron hace unos días... ¿para siempre?  Un espejo hecho añicos aún conserva aunque sea en un mínimo trozo algo de lo que ha reflejado, recuerda que leyó algo así, no sabe exactamente dónde... ni siquiera importa. Algún espejo se asemeja a esos ojos, guarda  esa figura de una manera insondable, piensa. 
  Tal vez sea cierto lo que escribió Sabina y en una de ésas hay sonidos de acordeones en el cielo. En una de ésas.... Pero debe ser uno solo ese acordeón. Uno solo. Y acariciado por las manos  de ese hombre altísimo, bello, con cara de bueno, regalando mansedumbre y una calma tan necesaria para los corazones heridos.
  Y quizás existan los ángeles, ¿quién sabe? Ella  necesita  creerlo. ¿Será como una de las  tiernas caricaturas de Sábat?  Seguramente, se dice. Lo más probable es que sea uno de esos  ángeles, con un enorme corazón, profundos ojos claros y abrazado a un acordeón, debajo de un arco de fútbol. Porque, sigue recordando, dicen que fue arquero, que atajaba  hasta las pelotas imposibles. Tal vez por eso, porque  estaba acostumbrado a defender el arco, a atajarlas a todas, se olvidó de una última gambeta.
  El ángel de Sábat detiene su mirada clara en éstos, sus oscuros ojos brillosos, le ofrece un último mate amargo.  Y ella piensa que esos gestos alcanzan para llevar  paz a su corazón un poco destartalado y siempre inquieto.
 

24/12/11

jota, a, jota y a

No hay una carcajada igual a la otra y sin embargo todas son hermosas; las hay mudas, entrecortadas, estridentes y esas terriblemente contagiosas.
Duele la panza, lloran los ojos, se inunda el aire de a, jota y a.
Se salen solas sin permiso... como los estornudos. Y los rostros se vuelven niños. Se embellecen.
Hay sonrisas falsas, pero carcajadas no. 
La resaca de una carcajada es puro placer, porque algo vibró dentro llegando a cada rincón del cuerpo haciendo cosquillas. 
Se siente rico sacarle una carcajada a alguien. 
No hay como el coro de muchas risas a la vez; pero qué decir de las carcajadas bebé, de esas risotadas gordas, ahogadas, mojaditas en baba que nacen del beso ruidoso de mamá en el ombligo.








Se escapa el alma por la boca cuando reímos. 

22/12/11

Sartori para supermercados

Lo que parecía una zonza visita al supermercado terminó llevándome a esas carpetas donde guardé los apuntes de la facu. Es que ese cartel que los del super pusieron arriba de los crucigramas, historietas, autodefinidos y libros de cuentos me recordó a aquello del VIDEO-NIÑO.

El politólogo italiano Giovanni Sartori dice que lo que hace único al homo sapiens entre los primates, es su capacidad simbólica que se despliega en el lenguaje, en la capacidad de comunicar mediante una articulación de sonidos y signos "significantes", provistos de significado.
En la televisión, el hecho de ver prevalece sobre el hecho de hablar; y como consecuencia, el telespectador es más un animal vidente que un animal simbólico, y esto, afirma el investigador, es un cambio radical de dirección  porque mientras la capacidad simbólica distancia al homo sapiens del animal, el hecho de ver lo acerca a sus capacidades ancestrales.
La televisión modifica la relación entre entender y ver, está produciendo una metamorfosis que revierte en la naturaleza misma del homo sapiens, generando un nuevo tipo de ser humano.
¿Qué pasa con los chicos y la tele? Los niños ven televisión durante horas antes de aprender a leer y a escribir y de esta manera, la tele se convierte en la primera escuela del niño. Pero el problema es más grave aún, porque al hecho de que la televisión le quita al hombre su capacidad simbólica al darle "todo servido", hay que sumarle que los niños son como esponjas que absorben y registran todo lo que ven.
En definitiva, lo que Sartori denomina empobrecimiento de la capacidad de entender, metamorfosis, acercamiento del homo sapiens a sus capacidades ancestrales, los del super le dicen cerebro atrofiado y así pretenden asustar a los padres para que les lean a sus hijos alguno de los libritos que venden.


20/12/11

cada cosa en su lugar


Nadie cuestiona la presencia de pelos en los cuerpos, 
de última, los menos estéticos se depilan y ya; 
pero guarda si aparece uno en la sopa...
Hoy, las chicas de la radio recibimos regalos
que nos sonrojaron los cachetes.

Todo objeto pierde respeto, y en ciertos casos su utilidad, si no está donde el entorno cultural al que pertenece indica que debería estar. No sé en otros países del mundo, pero en el que vivo, los chupetines fálicos quedan bien en las despedidas de soltera, pero no en los estudios de las radios.
De todos modos, bienvenidas sean las cosas desubicadas que nos descolocan, porque es una forma de suspenderse, de salir de la aburrida normalidad de los días. 
Ojalá la vida nos haga abrir grande los ojos y poner la boca en forma de "o" seguidito.



15/12/11

errores agudos, o graves (o esdrújulos)

Parte de la noticia que se leyó en el SIM
 En su momento dije que las comas valen fortuna pero omití darle el valor que se merecen los acentos, a la hora de evitar malos entendidos.
Hace un ratito, en el SIM (Servicio Informativo Máxima) el locutor, que no voy a dejar en evidencia, pero suele dejar sus comentarios en este blog, le puso acento a la palabra "plantará" en lugar de leerla como estaba escrita: "plantara". El error no hubiera sido para tanto de no tratarse de un ceibo que tiempo atrás plantara el ex presidente, ya fallecido, Néstor Kirchner...

13/12/11

desde la casa de al lado

Mi suegra, la Pochi, es un aparato. Para quienes la conocen no estoy diciendo nada nuevo, para quienes no, sepan que es así. Un aparato, pero de esos aparatos lindos. Un personaje particular que lo mejor que ha hecho en la vida es a Damián, y no me importa que me contradigan sus alumnas de danza, sus alumnos de "la 64" y todos quienes aseguren que ha hecho muchas cosas buenas, es así, pero sobre su mejor obra le discuto a cualquiera.
Tengo sobrados argumentos para decir que es un aparato, pero el post se haría extenso, de manera que voy a dar a penas unos ejemplos que me llevarán directo al grano:
La Pochi vive en la casa de al lado, (con Miguel, que merece un post aparte). Recibe a diario uno de los diarios de la ciudad, y cuando encuentra entre sus páginas algún artículo interesante lo recorta, lo pega sobre un trozo de cartulina de color y lo tira sigilosamente por debajo de nuestra puerta. Un día, antes de casarnos nos sorprendió encontrar junto a la factura de la luz una historieta relacionada con el matrimonio; más adelante, luego de ver como "corría la cerveza" en la fiesta, asomó un artículo sobre el alcohol en los jóvenes y esa "absurda necesidad de emborracharse para divertirse". Y así, cada tanto, nos sorprenden los regalitos de la Pochi.
Al de hoy, sin embargo, lo sentí como un regalo no tanto de la casa de al lado, sino del cielo. Fue fantástico.



Claro que esa Sabina no soy yo, dicen que la receptora cumple hoy 15 años y que en su momento "el curita gaucho" le regaló esas coplas; pero hago como si lo fuera. De hecho pensé en lo que han visto y llorado mis ojos, en lo que han hecho mis manos y si en mi paso hago o no hago el bien. Pensé además en los gurisitos que tengo cerca, como Yamandú, Tahiel, Gonza, Agus, Manu, Benja, Iru y los que vendrán.
En sus manos. En sus ojos. En sus pasos.

11/12/11

uno a cero

No puedo creer estar viendo jugar a River contra Patronato, y eso que el fútbol es de las cosas que menos me suspenden.

8/12/11

buscado

Trabajando en una radio me doy cuenta de la cantidad de cosas que pierde la gente. A diario llegan tarjetas de débito, de crédito, Documentos Nacionales de Identidad, billeteras vacías, lentes de sol, también de los recetados...
La gente pierde muchas cosas, pero sobre todo, la gente pierde perros. Por momentos me fastidio y no me explico cómo se pueden extraviar tantos perros, perros aparentemente muy queridos, porque de lo contrario sus dueños no ofrecerían recompensas a cambio de su hallazgo y devolución y no se molestarían en ir a las radios a pedir ayuda.
En fin, han sido muchas las veces que en la diversidad de papelitos que quedan sobre la mesa del estudio he encontrado alguno referido al extravío de un perro, pero el que encontré ayer fue lo más:

El perrito (de orejas muy grandes) responde al nombre de ROBERTO!!!