15/3/10

basada en una historia real

Hace un par de semanas la protagonista me contó, a través de un correo electrónico, la trama de su historia de amor suspensiva. La comparto en estos mundos, habiendo recortado segmentos para resguardar la identidad de ella y de él:

Ya desde ese momento arrancamos bien, contento el de mi actitud, nos sentamos a tomar en esa plaza y a contarnos un poco de nuestras vidas. Muchas cosas ya habladas el viernes anterior, pero que contadas en esa nueva situción los dos nos hacíamos los sorprendidos, ninguno sabia de cuánto se acordaba el otro. Ya ahi dejamos en claro que todo lo que el otro cuente sería la verdad, y nos podíamos inventar vidas distintas, pero el otro iba a creer en lo que se dijera, y si no entendiamos algo no hacia falta indagar más... todo quedaba en lo que contaba el otro.
(...)
De la plaza pasamos a un bar, de la cerveza al fernet, y de estar alejados cada vez terminabamos más juntos. Nos divertimos mucho.
Yo tambien le conté de todo de mi vida, de lo que hago, de lo que hice, de lo que pienso hacer.
Hablamos de ex novias y ex novio, de tango, de salsa, de música, no se... de todo.
Es raro pero todos sus comentarios tiran hacia un futuro, como que si vamos a seguir juntos siempre, no es nada demasiado explicito, pero me acuerdo de varias cosas que dijo que me hacian entender eso.
Me miraba a los ojos, me miraba sonreir, me decía que cuando terminaba de besar ponía una cara de algo que a él le parecía que algún hombre me habia hecho sufrir. Ahi le pude explicar de mi situación de estos últimos tiempos, de mi querer dar y demostrar y no encontrar nada en el otro.
(...)
En el camino íbamos como jugando, pisar lineas o no, cosas con las que uno se divierte. En la pizzeria observabamos a las personas solitarias que había. Nada, siguió todo bien.
Salimos y yo me venía para casa, cada uno tomaba colectivo distinto.
(...)
No quedamos en nada, solo nos despedimos, alguno buscará al otro, pero no lo dijimos... me fui, así de simple.
Hoy estoy feliz, y no necesito la seguridad de saber cuándo lo vuelvo a ver. Se va a dar, lo prefiero así.
(...)
Y ya no se si es que realmente es él quien me gusta o es que justo se da todo lo que esperaba de alguien en él! Es raro, ahora empiezo a sentir que más allá de las personalidades y compatibilidades de dos personas para estar juntos, lo único que se tiene que dar es compartir mutuamente los sentimientos de uno hacia el otro, en el momento que eso coincide ya está!

2 comentarios:

  1. Está lindo el cuento verídico.
    Cómo se inundan de interrogantes las cabezas de las personas a la hora del querer! No? Y cómo se llega las conclusiones! Es seguro que para caso es distinto, pero semejante.

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  2. Como acariciar un perro callejero en una plaza... ambos la pasan bien, sin compromisos y cada uno para su casa jaja

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Yo también me suspendo con lo que decís