Se llamaba Daniel Ortiz.
Vino a Entre Ríos desde Misiones en el 2001 y se radicó en el barrio El Brillante, de San José, donde consiguió trabajo como fumigador de una plantación de eucaliptos de la empresa española Iberpapel.
Fumigaba a mano, con una mochila o en un tractor y es probable que nadie le haya advertido sobre los recaudos que debía tener al aplicar el Lontrel. Pero tampoco nadie se hizo cargo de lo que vino después.
Cuando Daniel vio que no podía más, aguantó hasta el 16 para cobrar la última quincena y se lo dijo al contratista de la empresa. Le quemaba la piel, el pecho, la espalda. Según cuenta Marta, su esposa, ella lo tenía que ayudar a sacarse la ropa donde quedaban “pedazos de piel y carne... hasta las bolas tenía quemadas, y tampoco se aguantaba el olor a podrido de la ropa por el veneno, por eso yo tenía que pedirle ropa a los vecinos”.
El contratista, Eliseo Ramón Fernández, “lo tiró en casa como perro sin dueño y nunca más volvió”, recuerda la mujer con tonada misionera.
Tampoco le pagó la última quincena trabajada.
“Desde los 64 a los 67 años mi marido estuvo tirado en la cama sin levantarse", dijo la viuda esta mañana, al aire en una FM, "la vida de él y yo era llorar”.
A la muerte de Daniel Ortiz la dieron a conocer ambientalistas de Colón.
Esta mañana Marta habló con periodistas de Radio Máxima, de Gualeguaychú.
Es tremendo. Entristece. Da bronca. Da impotencia. Dan ganas de matar a alguien y contenerse. Dan ganas de vivir en un mundo donde cosas así no pasen.
ResponderEliminarIlusión o sueño, ganas y fortaleza... faltan cosas para que a muchos se los llame "seres humanos".
Espero y sirva para algo, por muy cruel que parezca. Así como vos lo difundís, hay muchos haciéndolo...
Espero que descanse en paz.
Si, eso decimos, que tanto sufrimiento sirva de algo y que este hombre, después de tanto calvario, descanse tranquilo.
ResponderEliminarY fuerzas para Marta.
El fin justifica estos medios en el corto camino hacia la plata dulce en el reino de la soja.
ResponderEliminarOtra cosa, a raíz de lo que dice Damián.
ResponderEliminarDaniel Ortiz es una víctima más del abuso del poder sobre la pobreza.