5/4/12

tetrix

Entré a Twitter para matar el tiempo de espera hasta que esté la cena, y después de cerciorarme de haber leído todas las menciones, mensajes directos y twits de quienes sigo, observo que la primera tendencia era #MeEnamorasSi. 


Hago clic para ver qué decía la gente y me encuentro con una gran cantidad de motivos, de razones y condiciones para ganar corazones: "Me enamoras si eres fan a muerte de Green Day", decía una chica. Otra aseguraba que la enamoran si en vez de invitarla al cine la llevan a la cancha. "Me enamoras si muerdes mis labios", aseguró un tal Andrés, y una mina con pinta de rockera puso: "Me enamoras si estás en una banda". El más cursi que encontré fue: "Me enamoras si me hablas como bebé y me das besitos de pez cuando esté molesto".


En fin, todo esto me llevó a pensar en lo dificultoso que es encontrar alguien con quien encajar. Sería imposible, estimo yo, que la chica que prefiere ir a la cancha le de calce al pibe de los besitos de pez o que la fanática de Green Day suspire por el cantante de tango. Y así es como está lleno de decepciones, fiascos, fracasos, tragos empalagosos o amargos o secos, rebotes, terapias, corazones rotos, almohadas saladas.
A pesar de la cantidad de medios para encontrarnos, no es nada simple que se de el encuentro. El verdadero encuentro. El de las palabras claras, las miradas pausadas, el sudor de las manos, el del cariñoso escrutinio... y que después de eso, vaya si es complejo, sean más las coincidencias y la sangre siga alborotada. 



8 comentarios:

  1. Dijo Inodoro Pereyra: "Uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra con la inteligente y se queda con la que le da pelota". Acá, otro aporte al debate.

    ResponderEliminar
  2. El encuentro, mirá que curioso, casi siempre es un accidente. Para mí lo difícil es lo que viene después!
    Es curioso que la tendencia siga siendo encontrarse en los espacios de afinidad, en un mundo donde estar expuesto se volvió tan normal como anodino y esos espacios se multiplicaron.
    El mayor problema es el vértigo: nos han enseñado que la adrenalina no sólo es buena sino casi un bien supremo, un ideal. Hay que moverse rápido, rápido, hacia la diversión y la novedad, en tránsito al interés permanente, esforzándonos por ofrecer siempre algo nuevo. Y esto en las relaciones también se plantea como una nueva exigencia, diría como una presión...

    ResponderEliminar
  3. Sabía que mis lectores iban a acotar algo más interesante que lo que escribí.
    Los admiro.

    ResponderEliminar
  4. Je! Me quedo con la frase de Marbot.

    Siempre digo que en Concepción (porque es el ambiente que conozco), uno consigue trabajo y novio por el boca a boca. No por cv ni cuentas en facebook.

    Pero todo porque es mi experiencia personal. Siempre les decía a mis amigas que en un boliche no iban a encontrar novio, que esa persona especial se encuentra charlando en un lugar donde uno se escuche con el otro.

    Pero me quedo pensando si es tan así lo de las preferencias de búsqueda. Pareciera como que si estas chicas y chicos buscaran a la persona ideal que las enamore como una búsqueda en Google. "cancha+hombre+amor". Jajaja!

    Supongo que ellos mismos a la hora de enamorarse no tienen en cuenta tales "requisitos".

    Esto me recuerda que tengo que preguntarte cómo se conocieron con Damián :)

    ResponderEliminar
  5. Volvieron los seguimientos de comentarios por correo electronico!

    I'm happy now!

    ResponderEliminar
  6. Me encantó lo que dice Chuli porque yo era de las que les decía a las amigas que en el boliche era difícil que encontraran al amor de su vida... pero también tengo algo que contarles a los que no me conocen y gustan de las ironías: el hombre con el que me caso en pocos días es un tipo que me habría enamorado en cualquier circunstancia y lugar, porque una vez que abrió la boca y me habló, me di cuenta que era el indicado. Y sin embargo, lo conocí a través de un blog de literatura y curiosidades. No podría habérmelo cruzado en ningún otro lugar, ya que vivíamos a 1200 km de distancia y sólo teníamos un amigo en común.
    Hoy, cinco años después, muchas letras y palabras cruzadas entre los dos y una exitosa convivencia de por medio, diría que cada escenario posible para el encuentro es digno de ser explorado. Sólo hay que saber escucharse y no ser ansiosos.

    ResponderEliminar
  7. Jajaja! Cassandra, conozco un caso como el tuyo y tu futuro afortunado marido: un amigo de mi novio se conoció con quién es hoy, después de cinco años, su mujer y mamá de su hermosa hija, a través de la web. Él, en Concepción del Uruguay (Entre Ríos) y ella en Córdoba Capital, miles de kilómetros de distancia. Supongo que también miles de palabras de por medio, y éstas fueron las que contaron al final: Olivia, con menos de un año de vida, da fe de ello.

    Ah, dije afortunado en el principio de mi comentario porque las pocas palabras que pusiste de él denotan el amor que sentís.

    A propósito del tema del post: estoy escuchando un tema que la huaynita (espero se escriba así) entrerriana, anfitriona de este blog, conoce bien. Amo este tema de amor, supongo que no le llega ni a los talones al amor que el marrón le tiene :)

    ResponderEliminar
  8. jjajaja es guainita. No me río de eso sino de felicidad por el lindo espacio que se armó!

    A Damián lo ubicaba desde antes, pero fue medio borrachito después de tomar vino y en el boliche Bikini, de Gualguaychú, que me frenó mientras yo pasaba con la Glon y nos quedamos charlando. Yo ya tenía ganas de irme porque mi ex, (con el que habíamos terminado cuatro días antes) estaba en el boliche y eso me había pinchado y puesto de malhumor.
    Dami me alegró la noche con sus ocurrencias, no me pareció el típico chamullero, y sus ojos marrones inmensos me demostraron que era un chico sencillo.
    Algo raro, único y fuerte me pasó. Tan fuerte que ese mismo año empezamos a convivir y a planificar nuestro casamiento.

    (no me gusta decir que nos conocimos en el boliche grrrr)

    ResponderEliminar

Yo también me suspendo con lo que decís