habilidades

Entre los chicos es más habitual, pero entre grandes también a veces sucede que estando en grupete cada cual comienza a mostrar al resto cuán fenomenos son. Qué es eso que pueden hacer y que casi nadie más puede.
Mover las orejas, descalzar el pulgar y moverlo tipo joystik, unir el índice con el mayor por un lado y el anular con el meñique por otro sin ayudarse con la otra mano, imitar sonidos de animales, doblar sólo la primera falange de los dedos de la mano, guiñar un ojo y luego rapidito el otro y asi ir alternando uno y otro, uno y otro; hablar como Zulma Lobato, o como Néstor Kirchner; bailar como Michael Jackson o mover la cintura como Shakira.

Las habilidades asquerosas también causan sensación. Es orgullo de muchos lograr decir el abecedario eructando (al menos hasta la hache).

Todos debemos tener alguna, sólo que a veces, por parecernos natural no la consideramos tan valiosa.

Por otro lado, la fisonomía y ciertas cosas de la genética ayudan.

El entrenamiento también. Pensemos en el circo.

Permitiéndome escaparme tres renglones por las ramas, agrego algo más: Dios es sabio y creó seres perfectos capaces de desarrollar otro órgano del cuerpo cuando el que fue puesto para cumplir determinada función se estropea. A falta de ojos que puedan ver, un hiperdesarrollado sentido del olfato y la audición. Sin manos para pintar, la boca o los pies.

Vuelvo al tronco. El disparador de todo este palabrerío fue el novillo ese que cuando saqué la foto puso a rascarse el hocico con la lengua. Obviamente, no tiene dedos. Sin embargo al verlo Gonza se mostró fascinado y yo, reconozco que me suspendí.