Están los aires dulces y suaves, como en la primavera de Sevilla, y parece la mar un río Guadalquivir, pero no bien sube la marea se marean y vomitan, apiñados en los castillos de proa, los hombres que surcan, en tres barquitos remendados, la mar incógnita. Mar sin marco. Hombres, gotitas al viento.
¿Y si no los amara la mar? Baja la noche sobre las carabelas. ¿Adónde los arrojará el viento? Salta a bordo un dorado, que venía persiguiendo a un pez volador, y se multiplica el pánico. No siente la marinería el sabroso aroma de la mar un poco picada, ni escucha la algarabía de las gaviotas y los alcatraces que vienen desde el poniente. En el horizonte, ¿empieza el abismo? En el horizonte, ¿se acaba la mar?
Ojos afiebrados de marineros curtidos en mil viajes, ardientes ojos de presos arrancados de las cárceles andaluzas y embarcados a la fuerza: no ven los ojos esos reflejos anunciadores de oro y plata en la espuma de las olas, ni los pájaros de campo y río que vuelan sin cesar sobre las naves, ni los juncos verdes y las ramas forradas con caracoles que derivan atravesando los sargazos. Al fondo del abismo, ¿arde el infierno? ¿A qué fauces arrojarán los vientos a estos hombrecitos? Ellos miran las estrellas, buscando a Dios, pero el cielo es tan inescrutable como esta mar jamás navegada. Escuchan que ruge la mar, la mare, madre mar, ronca voz que contesta al viento, frases de condenación eterna, tambores del misterio resonando desde las profundidades: se persignan y quieren rezar y balbucean: “Esta noche nos caemos del mundo, esta noche nos caemos del mundo”.
Eduardo Galeano
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¡Que tema has elegido!
ResponderEliminarY el mar no se los tragó ni se cayeron del mundo. Llegaron hasta aquí después de muchos otros (los egipcios?, los fenicios?, los vascos?; los chinos, los melanesios, los vikingos).
Como es natural en cualquier potencia vinieron a conquistar, a buscar esclavos y a hacer riquezas. Aquí ya se conocía esa práctica. La habían utilizado los aztecas con sus vecinos y los incas en las cuatro regiones de su mundo que llegaba más alla de las montañas.
"Se llevaron el oro, nos dejaron las palabras" (PN)
Creo que al fin les ganamos.
Y luego... con toda una ascendencia española... ¿De qué lado debería pararme?
En fin. El texto de Galeano me re encantó.
Te veo el sábado para las coincidencias.
Abrazos.
Gabriel