6/6/09

periodista

Me acordé de mí hace trece años en la cocina de casa diciéndole a mi madre que cuando fuera grande quería ser lo que todos los días intento ser.
Me pregunté por qué y para qué. Cuál es el sentido. Si voy bien, si no.
Hice un esfuerzo grande tratando de recordar qué cosa del periodismo había logrado llamar mi atención a los 11 años al punto de destarrar mi sueños vocacionales de pasarme la vida nadando con delfines.
Me acordé de mi maestra de lengua en quinto grado, de mi papá leyendo El Argentino, de mi abuela con su atención puesta en el radioservicio, de la primera vez que tuve un grabador en las manos y salí a la calle a preguntarle a la gente qué opinaba de Irak, Bill Clinton y cuál era su cantante preferido. Me reí con ternura, pero la duda seguía... nada de eso llegó a convencerme de querer ser periodista, porque después quise ser veterinaria, cajera de supermercado, maestra jardinera, bióloga, entrenadora de delfines otra vez, pediatra, volleybolista, psicóloga, escribana, arquitecta, diseñadora gráfica.
A la hora de decidir qué estudiar lo único que tenía claro era que quería tener a los números lo más lejos posible, el resto, al menos en elgún punto, me interesaba. De manera que elegí no especializarme en nada y a la vez en un poquito de todo. Elegí la herramienta más util de los medios de comunicación, la máscara perfecta para justificar las preguntas, la imprevisibilidad de la materia prima, la no-rutina, el desorden de los horarios, la caza de acontecimientos, el acceso a otros mundos, la posibilidad de acompañar, la responsabilidad de educar, el aprendizaje constante, la habilidad de leer lo no-escrito. Elegí al periodismo y lo elijo todos los días a pesar de sus espinas que, como todo amor, también tiene.

Saludo a todos los demás enamorados del periodismo.
A los que no lo manosean utilizándolo para fines sucios.
A los que lo enseñan.
A los que lo ejercen de pie y dejan la genuflexión para los altares.
A los que lo estudian.
A los periodistas de raza, de título o de oficio.


De regalito publico dos breves fragmentos de una conferencia pronunciada por Tomás Eloy Martínez ante la asamblea de la SIP, el 26 de octubre de 1997 en Guadalajara, México.

"De todas las vocaciones del hombre, el periodismo es aquella en la que hay menos lugar para las verdades absolutas. La llama sagrada del periodismo es la duda, la verificación de los datos, la interrogación constante. Allí donde los documentos parecen instalar una certeza, el periodismo instala siempre una pregunta. Preguntar, indagar, conocer, dudar, confirmar cien veces antes de informar: esos son los verbos capitales de la profesión más arriesgada y más apasionante del mundo".

"El periodismo no es una camisa que uno se pone encima a la hora de ir al trabajo. Es algo que duerme con nosotros, que respira y ama con nuestras mismas vísceras y nuestros mismos sentimientos".

Sabina Melchiori
7 de junio 2009
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6 comentarios:

  1. Y menos mal que hoy no estás nadando con los delfines, o sentada detrás de una caja con su odios pip, pip, pip... o asentando movimientos, pasivos o activos, en un libro diario.
    Ahora sentís y demostrás gráfica, televisiva y radialmente lo bueno de saber un poco de todo. Que bueno es poder leerlo.
    Feliz día, Sabi.
    Beso.
    Manu

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  2. ¡Feliz día! Tengo el honor de poder decírtelo a vos... "una periodistas de las viejas" (Lobo dixit :D )


    Peeero...decí la verdad: sos re chusma y te olcutás en la rpofesión :P jajajaja!

    Beso! (Espectacular el día de ayer)

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  3. Besos, Sabi!! Sos una buena periodista y llegarás a ser una grande. Porque tenés pasión, honestidad, inteligencia, preparación y amor por la gente.
    Vero

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  4. Me gustó, pero sobre todo me emocionó el texto. Lo bueno es poder reflexionar y no olvidarse de lo más intimo, de lo viceral, de porqué uno comenzó en esto, más allá de tantas cosas feas en el camino, nunca olvidarse de porque uno soño con ser periodista para saber para que lado uno tiene que ir en ese camino que es cotidiano. Sobre las espinas, yo creo que el periodismo es como el tango: una triste alegría. Sin embargo creo que estoy agradecido a las amarguras de la profesión, porque gracias a ellas he aprendido a disfrutar las alegrías con mayor intensidad y a atesorarlas.

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  5. AHHHHH LA PUTA QUE VALE LA PENA ESTAR VIVOOOOO
    sobre todo cuando te sorprendes tus pasos las palabras simples, las ciertas, las sencillas.
    por fin, Dios, encontré a alguien que escribe como a mi me gusta escribir... a alguien que le gusta CALAMARO... y toda esa yerba que te hace volar
    chiquita, cuando digo chiquita sabes quien soy, no puedo creer lo que leo...
    tenes mas que futuro, tenes presente...
    animate, cree en vos, intenta el salto al vacío y date la oportunidad de equivocarte
    si yo a tu edad hubiese tenido tanta tinta en las venas, seguro hubiese llegado mas lejos...
    aunque no me quejo...
    sabina... que par de alas.
    un beso
    YO CLAUDIO

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  6. Sabi, gracias por tu comentario en mi (ya casi extinto) blog...

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Yo también me suspendo con lo que decís