20/6/09

Osvaldo

Cuando era nena encontraba realmente fascinante mirar el mundo sentada sobre sus hombros. Fue de mis primeros orgullos tener un papá grandote y alto. Eso era bueno también para los juegos de la plaza, nadie podía darle vida a las hamacas mejor que mi papá; porque además sus brazotes fuertes evaporaban cuanto indicio de temor pudiera haberle tenido a la velocidad.


Mi papá no transmite miedo sino paz, y sino que pruebe aquel que le tenga cagazo a andar a caballo, dar un paseíto en ancas y que lo lleve mi viejo.

Mi papá toma mate amargo, vino en los almuerzos, toma aire y silba bajito cuando camina por la calle, y cuando toma el acordeón entre sus brazos hace que suene lindo, estridente y te lleve a contonear un chamamé. Cuando se cuelga a pensar ladea casi imperceptiblemente la cabeza y sus ojazos celeste azulejo van recorriendo de a saltitos los objetos de las alturas.


Mi papá es la persona con más paciencia que conozco. Se la tuvo a mis hermanos cuando eran chicos, la tuvo (y aun la tiene) conmigo, se la tuvo a las cosechas, a los '80, a las mezquindades de la vida, la tiene para rearmar los relojes despertadores que caen al suelo víctimas de algún brazo torpe, y para tragar las comidas sin sal.
Hubiese preferido heredar su paciencia en lugar de la irritabilidad de la piel.

En el 59 mi viejo era el arquero de Atlético Sarandí, condición que hasta el día de hoy le sirve para jactarse de sus reflejos para abarajar los objetos antes de que lleguen al suelo. Tiempos de gloria aquellos, mi viejo tenía EL levante y así se ganó una mujer cuya fortaleza y caracter están concentrados en su pequeñita estructura. Realmente cuesta imaginarlo sin mi madre amarrada a su mano, así vienen pecheando juntos desde hace rato a la vida.

Gracias a él sé manejar, y si lo hago mal juro que no es su culpa. Gracias a él amo nuestra música, me caen bien los italianos y me sé a medias algún que otro recitado.
Hace poco cuando amagó con irse sentí que me caía de la hamaca.
Le pedí a Dios que me lo prestara un tiempo más porque realmente no hubiese podido bancarme ese porrazo. Se lo pedí lo suficiente al menos para que me vea recibida y lo necesario para que mece en sus brazotes a mis hijos, les repare los juguetes rotos y les silbe un chamamé.
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7 comentarios:

  1. Te juro que ayer todo el día te estuve por mandar un mensaje para reflexionar sobre todo esto. Tuviste mucha suerte, supongo que todos los que aún tenemos a nuestro papá cerca la tenemos.

    Besotes Sabi. Es un alivio saber que seguis en la hamaca.

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  2. Me hiciste llorar, guacha! Coincido con Joche. El tener a tu viejo es una suerte y un exito (y no solo el dia del padre).

    Don Osvaldo tiene suerte, mucha suerte... de tenerte a vos y a tu familia.

    En fin: no lo conozco, pero el hecho que sea tu viejo, ya me da pa' quererlo. (Y lo de la paciencia y serenidad, es cierto. Corroboro! :D )

    UN BESOTE. Segui hamacandote ;)

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  3. Me conmovió mucho.
    Gracias por compartirlo con nosotros. Espero que se lo hayas hecho leer a él!

    Como me faltan las palabras, te dejo un beso grandote, y espero verte pronto.

    JC

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  4. juan: no... mi viejo todavía no lo lleyó! pero culpa de mi vieja que dice que si lo lee se va a largar a llorar jjajaja él escuchó ese comentario y tiene miedito, entonces se acerca para leerlo y al ratito se arrepiente y dice "después".
    chulita: muchas gracias diosa!!! me haces emocionar y al rato, reir (son tan para cual!)
    y jo, como te dije, si en ese momento me caía de la hamaca vos eras de la primeras personas que iban a hacerme sana sana ..

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  5. Lo leí en el laburo, con todo el barullo a la vuelta, me tuve que ir a sentar un ratito a una esquina, a hacer como que tomaba unos mates. Hace rato que no me pasaba. Besote <3

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  6. Y hoy lo vuelvo a leer y vuelvo a llorar...

    Pero me parece que te veo hamacándote aún. El siempre te hamacará, y nos tocará su acordeón... siempre va a estar por ahí silbando bajiito. Y sus nietos tendrán siempre una linda hamacada de su abuelo, dado por su mami, que es quién mejor (creo yo) supo decir quién era Osvaldo.

    Un beso rubia, te quiero mucho :)

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Yo también me suspendo con lo que decís