8/10/14

para que algún día leas

Amo esos ojos (tus ojos) que me miran como nunca nadie me había mirado antes.
Amo esos abrazos gorditos en mi cuello,
                                                                y esas caricias de tu piel nueva con mi piel curtida. Tus manitos torpes, como espuma. Este amor blando, puro y suave que me desmorona.

Amé saberte dentro de mí.
Sentir tus movimientos, cantándonos.
Esperarte al sol imaginándome tu voz y preparando mi cuerpo y mi alma entera para recibirte, porque sabía que me necesitabas toda.
Amo locamente ser mamá, pero más amo que vos, rusita linda, me lo digas.
Prometo acudir a vos siempre que me llames, como hacés ahora, escandalosa, para mostrarme las "mumas" y las brujas. Seguiremos saboreando ensaladas para que papá se pregunte qué le encontramos de rico, y preparando las tortas de su cumpleaños. Y vamos a salir a caminar agarraditas de las manos hasta llegar a la plaza. 
                      Descubriendo el mundo a cada paso.
Y cuando ya no te interesen las hamacas nos sentaremos a charlar, a reír y llorar; y compraremos helado. 
           De frutos del bosque, de dulce de leche y de sambayón. 

Te amo y amo todo lo que implica ser tu mamá: las horas de sueño interrumpidas, las corridas al hospital, los temores, los pañales, el cansancio y sus ojeras, mis renuncias, el desorden en la casa, la ropa sin planchar, los crayones (siempre tan cerca de las paredes). Todo.

Abrazo gordito


5 comentarios:

Yo también me suspendo con lo que decís