18/9/11

vivo

Abro la puerta que da a la calle y salgo, a pie. A las ocho tengo que estar en la radio y son las menos diez, así que acelero el paso. El aire es cálido, denso, húmedo; todo indica que más tarde va a llover. Me gusta la lluvia; me gusta cómo se ve; me gusta cómo se escucha; me gusta como huele, me gusta cómo me moja. Siento el sol, suave, despegándome los párpados. Lo dejo hacer. Me entrego. Respiro. Me lleno de viernes. A media cuadra veo a Chiche cargando cajones de acelga. "Buen día locutora" me grita;  y las otras dos personas que caminan por la cuadra se dan vuelta y miran. Buen día Chiche. Sigo caminando, escucho mis pasos, mis latidos y ese ruidito que hacen las chapitas de mis aros cuando se chocan. Sonrío, todo me dice que estoy viva y me gusta darme cuenta, y me gusta dar las gracias. Entiendo que lo que estoy viviendo es único, que la rutina no existe, que nada se repite. Que el ritmo de mis pasos el lunes no serán iguales, que el martes puede que esté nublado, que el miércoles quizás no me cruce a Chiche cargando acelgas, que el jueves no me pondré estos aros, que el próximo viernes quizás no esté.

8 comentarios:

  1. Te das cuenta que estas en una rutina cuando llega el fin de semana y no podes distinguir en el recuerdo a lo que hiciste el miércoles de lo que hiciste el martes

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  2. ¡Que exagerada! si eres puntual siempre que un lunes caiga unos minutos más tarde no pasa naranja... Yo todos los días me planteo eso y cada día llego más y más tarde.
    Sin la rutina me desespero

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  3. Tenés la particularidad de hacerme llenar los ojos de lágrimas a veces (más muchas que a veces)...
    Es que es tan cierto y tan simple lo que decís, que tiene alguien que escribirlo para que te des cuenta. Por mi parte trato de tomarme lo de la rutina sin tomármela. Como tengo horarios distintos todos los días en la fac, lo único que hago más o menos rutinario es la ida y vuelta al laburo... que así y todo no es rutinario porque voy y vuelvo con Mario y todo cambia.

    Y lo de que tal vez el viernes no estemos, te hace reveer un poquito el paso que estás dando hoy para llegar al laburo.

    Gracias!

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  4. Tenés la particularidad de hacerme llenar los ojos de lágrimas a veces (más muchas que a veces)...
    Es que es tan cierto y tan simple lo que decís, que tiene alguien que escribirlo para que te des cuenta. Por mi parte trato de tomarme lo de la rutina sin tomármela. Como tengo horarios distintos todos los días en la fac, lo único que hago más o menos rutinario es la ida y vuelta al laburo... que así y todo no es rutinario porque voy y vuelvo con Mario y todo cambia.

    Y lo de que tal vez el viernes no estemos, te hace reveer un poquito el paso que estás dando hoy para llegar al laburo.

    Gracias!

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  5. No llores Chuli! bah, que te puedo decir yo que me vivo llenando los ojos de lágrimas...

    Qué lindo imaginarlos caminando juntos, con Marbot. Siguen siendo la pareja más hermosa que conozco.


    Zarce, a eso me refería, no "arrutinarse" tiene que ver con ser consiente de los detalles que nos muestran que cada día tiene su particularidad. Si no los ves, el domingo no sabes qué viviste el miércoles.


    Al licenciado Rafale le digo que me alegra que me siga leyendo, a pesar de no coincidir jamás! ajajaja

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  6. Este post tiene todo para ser el primer párrafo de un libro, o un trailer de cine si le agregás "...hasta que ese día"

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  7. Me hiciste estar en Gualeguaychú por diez minutos, me hiciste acompañarte en ese recorrido.
    Sabes que disfruto de esas mismas cosas, acá, allá, o donde sea.
    Mis veinte minutos hasta el estudio son una travesía, idas y vueltas entre lo que pasa por dentro y lo que influye de afuera.

    Gracias por llevarme diez minutos para allá!

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  8. Parecerá increíble, y casi que lo es. Pero mientras hacía ese recorrido y pensaba lo que luego escribí en este post, me acordé de Vic!

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Yo también me suspendo con lo que decís