Este hombre se sentía tan pero tan feliz, que se puso a pintar los copitos de nieve a medida que bajaban del cielo pasando por su ventana. Primero me generó algo así como ternura, supongo. Después me colgué pensando en la felicidad, como meta que cuando llega se aleja para que la sigamos persiguiendo. Y eso está bueno. Es un estado sublime tan pasajero que apenas se deja empezar a saborear. Después se disuelve, como los copos de nieve, como azúcar, como sal. Me alegra ese hombre y recuerdo haber tenido ganas, otras veces y esta mañana, de pintar el mundo de fucsia, amarillo, verde y violeta claro.
¡Loca! Sabés lo que se te iría en Látex para tal caso?
ResponderEliminarDe última nos avisás con tiempo y hacemos una vaquita. Siempre, sabés que siempre, nos colgamos con vos en tus mundos... y tus ideas ;)
Che! no te olvides que tenemos que pintar la frase de Bretch sobre el analfabeto político!!!!
ResponderEliminarAjá... pero eso lo íbamos a hacer en Concepción. Y vos últimamente estás viniendo para recibir títulos o chupar vino XD
ResponderEliminarotro título en Cedelu, por lo pronto, no voy a recibir. Tomar un tinto es probable que sí. Podemos pintar la frase antes del vinito... después puede que nos salgan las letras chongas.
ResponderEliminar:)
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