2/4/14

tres años

"Nunca un all inclusive en el Caribe", le dije apenas empezábamos a alejarnos del puerto. Quise hacerlo reír, para que no sea siempre él el gracioso entre los dos, y lo conseguí. El negrito sonrió hasta llenarse de viento todos los dientes, y largó una risotada hermosa.
Habíamos ubicado a Miguelina con la Pochi y Miguel, y nos disponíamos a remar hasta el Venerato en una piragua prestada. Llevábamos algo para almorzar y algo también para brindar. Yo no sabía que llegar a destino nos tomaría algo más de dos horas, y que el regreso sería aún peor con la corriente de frente; pero igual le dije que sí cuando el día antes me propuso celebrar de esta manera nuestro tercer aniversario de casados.
Cómo no aceptar, entusiasmada, si justamente fue con sus ideas poco convencionales y sus invitaciones sencillitas que me enamoró. 
Ojalá no cambie, ojalá esto siga siendo así entre los dos, aún si algún día la corriente nos lleva hasta el Caribe.

5 comentarios:

  1. Hermoso amiga, en ese pequeño relato hay mucho amor!!!

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. hermoso, me emociona este amor. Felicidad!

    ResponderEliminar
  4. Jajajja! qué gurisitos. Ya lo dijo el, es lo único que tiene pa hacer alarde! Vos y la piragua Sabi :P
    Felicidades muchachos! Ayer me acordaba del supercasorio... qué bien se la pasó.

    ResponderEliminar
  5. De lo sencillo sale lo más grande!!!! Chin-Chin y un par de remos por muchos años más... Los quiero pedazos de gurises!!

    ResponderEliminar

Yo también me suspendo con lo que decís