9/12/10

el viaje

El post anterior le recordó a Marga esta poesía. Yo la desconocía pero si la recomendó Marga no podía ser menos que estupenda, pensé. Es de esas cosas que una debería leer durante el desayuno de cada mañana para recordar, entre otras cosas, que lo hermoso de llegar no es llegar sino haber ido, y que el ir es lo que cuenta. Cada cual elige cómo, a qué velocidad, con quiénes, dónde detenerse y qué fotografías tomar.
Kavafis propone un modo:


Itaca

Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y conocimiento.
A Lestrigones, Cíclopes
y furioso Poseidón no temas,
en tu camino no los encontrarás
mientras en alto mantengas tu pensamiento,
mientras una extraña sensación
invada tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
y fiero Poseidón no encontrarás
si no los llevas en tu alma,
si no es tu alma que ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta
cuando con placer, con alegría
arribes a puertos nunca vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finos objetos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
sensuales perfumes, -tantos como puedas-
y visita numerosas ciudades egipcias
para aprender de sus sabios.
Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento,
llegar a ella es tu destino.
No apresures el viaje,
mejor que dure muchos años
y viejo seas cuando a ella llegues,
rico con lo que has ganado en el camino
sin esperar que Itaca te recompense.

A Itaca debes el maravilloso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino
y ahora nada tiene para ofrecerte.
Si pobre la encuentras, Itaca no te engañó.
Hoy que eres sabio, y en experiencias rico,
comprendes qué significan las Itacas.


Konstantinos Kavafis (1863-1933), poeta griego.


2 comentarios:

  1. ¡Hermoso! Realmente suspensivo ;)

    Estoy cocinando en El Menú, con este estilo... el de postear a base de un comentario de un post anterior.

    Para vos que pedías el postre :)

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Yo también me suspendo con lo que decís