Sólo bastó que dejáramos de ser quienes éramos para ponernos a jugar. La profe de inglés con un embarazo de cuatro meses, el arquitecto aficionado por el bikepolo y la periodista, jamás lo hubieran hecho. Pero la muñeca pepona, el malo de la película de Scream y la ratona, sí.
La vez que más me divertí disfrazándome (y a la que más producción le metí) fue una vez de mimo. Nada ingenioso, lo sé... pero me divirtió tener la cara pintada y tratar de hablar menos :P
ResponderEliminarTODO UN DESAFÌO!!! jijiji
ResponderEliminarJa!Estuvo muy divertido!Almi y Migu ni enteradas de las locuras de sus madres!
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