La mañana siguiente a la primera lluvia apareció apostado en el umbral de la puerta del patio un bicho palo y se quedó allí tres o cuatro días. Casi ni se movía, y si lo hacía era cuando nadie lo veía. Ese bicho me encanta, era la segunda vez en mi vida que veía uno, me parece fantástico cómo puede confundirse con una ramita de árbol, y como no es asqueroso ni agresivo, con el bicho palo todo bien.
Lo que hacía años no veía y posterior a la lluvia vi, fue una repulsiva y rechoncha babosa. Algún repugnante instinto torturador debe haber en mí, porque sin dudarlo corrí en busca de la sal y me entretuve un buen rato viendo cómo la bicha se comprimía pizquita a pizquita. Allí quedó (porque todavía está) dura y seca, totalmente muerta.
Sigamos... la albahaca, el orégano y sobre todo el morrón que fue la última adquisición están hermosos, y lo estarían aún más de no ser por los cuatro hongos que no sé que tienen que venir a hacer a mi patio. Como si hubiera lugar para todos. Esos me joden a medias, no me agradan como el bicho palo pero tampoco me asquean tanto como la babosa.
Cuando ya creía que nada nuevo traería la humedad escuché a Damián a los gritos desde abajo preguntándome si quería ver una víbora...
¿Se ve? |
Damián esperó a que yo termine de sacar fotos para empujar la víbora hasta la vereda |
Damián sacándote el cuero por tus declaraciones de chica de asfalto en 3... 2... 1...
ResponderEliminar1. Pensé lo mismo que Mario. Me ganó en el comentario...
ResponderEliminar2. Lo primero que iba a comentar se fue al segundo puesto luego de ver los colores del blog. Carnaval toda la vida :)
3.Bichos! Sabina, sos una asesina. Pobre babosa. Aunque si consideramos que esa albahaca, ese orégano y ese morrón van a quedar ricos en una pizza, todo bien que la hayas matado. El bicho palo es una masa.
Ahora, ese reptil si que era grande pa estar por tu casa. ¿Qué era?
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ResponderEliminarAaawww me muero, les tengo un miedo atróz a las bichas! ¿cómo que la "empujó"? ¿no te dio miedo que se vuelva a meter? Es mas fuerte que yo, las veo y se me acelera el corazón, tengo pánico de ellas...
ResponderEliminarPor lo demás celebré estas lluvias por muchos motivos, el agobiante calor, y sobre la sequía, acá quizas no se note pero cuando fui al campo, las rajaduras en la tierra tenían hasta diez centímetros, es feo y doloroso ver eso, es como una herida de la tierra, ojalá con estas lluvias la situación mejore, besos querida Sabina!
Era una culebra, Damián simplemente la empujó (omitiendo mis gritos de "aplastale la cabeza) porque dice que no tienen veneno, como las yarará...
ResponderEliminarY si... me quedé con el cagazo de que volviera a entrar, pero creo que no entró :S
Pobre babosa! de última la hubieras aplastado, no era necesaria la tortura. Nunca una babosa confeso nada, ni aún ante la amenazante cajita de dos anclas.
ResponderEliminarPor otro lado me alegro de que hayas perdonado al bicho palo y a los hongos (al menos por ahora) y de que Dami haya desoído tus órdenes de cortarle la cabeza a la culebrita. Digamos que sos una dictadora con su costado sensible.
Besos
Sabi está descubriendo que existe reino animal en la ciudad o en los barrios que no son taaaan céntricos.
ResponderEliminarAdemás, no todos son una amenaza.
Si le asustó la culebrita, que pensará la misma al ver a una rusa gigante con una cámara de foto bajando la escalera al ruido de la chancleta?
DAMIAN!!!!
ResponderEliminarAdemás no tenía chancletas! estaba descalza
ResponderEliminarJajajajaa te imaginé como te describió Damián.... terrible! jajaajajajajajajaj
ResponderEliminarChuli estúpida! se supone que me tenés que defender aunque sea un cachito!
ResponderEliminarJAjajjaa es para probar tu sensibilidad hormonal... mwajajajaaj
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