00:40 del 31 de julio de 2009. Antes de apagar la compu y zambullirme en la cama me di una vuelta por mi blog. A primera vista noté que los comenteros andan haraganes, exceptuando a la siempre firme Chula que fue la primera en comentar desde la primera entrada (re contra valga la "tribundancia" de la palabra "primera" en esta última oración); a su momio Marbot que se solidariza con los post menos populares y deja sus palabritas, y a Claudio y Héctor y Manu que le siguen en el ranking. Bueno, también analicé que mis últimas entradas no han sido del tipo generadoras de reacciones que inviten a comentar, y que más bien son aquellas entradas menos seriecitas las que más comentarios tienen... como la de las combinaciones, que logró que hasta los más tímidos combinaran algo.
Eso a primera vista, pero bajando, bajando llegué al contador de visitas y ohhhhh me gustó lo que vi: un número redondo y potente, el 1400. Al instante me colgué a pensar cómo habrá venido a parar acá esa gente, por qué vuelven los que alguna vez vinieron, por qué no vuelven los que alguna vez vinieron y quiénes habrán venido que nunca me enteré.
00:57; me voy antes que cambie el contador y esta entrada ya no tenga chiste (y probablemente tampoco un comentario).
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