Es cierto que cuando una se traslada a pie ve y descubre cosas que yendo en auto no vería.
Hace un par de días, conquistada por el sol de la siesta y viendo que el frío no era tanto, decidi ir a caminar al parque. Lo nuevo del hecho fue que conseguí que Damián me acompañara, lo que garantizaba besos y carcajadas en la caminata.
Hecho.
A la parte de los besos no la voy a contar, tranquilos. A la parte de las risas sí. Y a la parte de la curiosidad suspensiva también, para eso armé este mundillo virtual.
Caminando notamos que a la espantosa intervención artística que se le realizó a los perros...
Se sumó esta:
El monocromático sembrador pasó a lucir unos bellos pantalones oscuros y una blanca y estirada camisetilla.
Cuando empezaba a pensar que para ver el mal gusto del que ha sido víctima el parque más hermoso de la provincia era preferible recorrerlo en auto y así no detenerse en estos detalles, la caminata me sorprendió con algo más.
Al pasar por la escuela Normal, Damián descubrió que al lado de la estatua de la inexpresiva mujer que representa a "La Ciencia" estaba el gemelo del sembrador del parque.
Menos mal que los artistas designados por la Dirección de Espacios Verdes no entran a la E.N.O.V.A con su inquieta paleta de colores.